Donde crees que estas??
Algunas veces podemos sentirnos un tanto perdidos y solo ir caminando en circulos por no saber hacia donde vamos.
Muchas veces en la vida nos podemos dar cuenta aspectos importantes que van marcando nuestro destino nuestra forma de ver la vida inclusive hasta la forma en como queremos sentir cada emoción y muchas veces podemos sentirnos un tanto perdido no sabemos Qué hacer con lo que estamos viviendo no sabemos qué camino es el que tenemos que tomar o hacia dónde queremos ir.
Pero en esta parte tenemos que detenernos pensar dónde crees que está porque muchas veces podemos identificar como si fuéramos algún lugar que supuestamente teníamos el domicilio que sabíamos inclusive que hacer para llegar a ese lugar pero llegó un momento en el que simplemente nos perdimos porque no sabíamos en realidad como era Aquel lugar.
Simplemente tomamos impulso y nos dirigimos hacia ese lugar no tomamos en cuenta si nos llegamos a perder si era diferente a como no lo habían descrito no sabemos en realidad que esperar de Aquel lugar Simplemente nos dejamos ir.
Pues igual pasa en la vida creemos que las decisiones la forma en como asimilamos la realidad es la mejor manera de enfrentar el tipo de escenario en el que está pero cuando nosotros nos damos una pausa no Tratamos de contestar dónde crees que está no es un reclamo simplemente es parte de la ubicación que necesitamos.
Es darnos cuenta que lo que vamos transitando lo que hemos recorrido a lo largo del tiempo Realmente nos lleva a nuestro propio reencuentro a nuestro propio crecimiento Y si este crecimiento te lleva sentirte bien contigo mismo te lleva entender que cada decisión que has tomado a lo largo del tiempo te hace sentir bien contigo te hace ver que vas logrando cosas en tu vida quiere decir qué tal pequeña pausa que tomaste valido la pena porque te ayuda ubicarte a dónde vas.
Y aquí me gustaría compartirles esta pequeña historia de Jorge Bucay el país de las cucharas largas.
Aquel señor había viajado mucho. A lo largo de su vida, había visitado cientos de países reales e imaginarios… |
Uno de los viajes que más recordaba era su corta visita al país de las cucharas largas. Había llegado a la frontera por casualidad: en el camino de Uvilandia Parais, había un pequeño desvío hacia el mencionado país; y explorador como era, tomó el desvío. El sinuoso camino terminaba en una sola casa enorme. Al acercarse, notó que la mansión parecía dividirse en dos pabellones: un ala Oeste y un ala Este. Estacionó el auto y se acercó a la casa. En al puerta, un cartel anunciaba: "País de las cucharas largas" éste pequeño país consta solo de dos habitaciones llamadas NEGRA Y BLANCA. Para recorrerlo, debe avanzar por el pasillo hasta que éste se divide y doblar a la derecha si quiere visitar la habitación negra y a la izquierda si quiere visitar la habitación blanca" |
El hombre avanzó por el pasillo y el azar lo hizo doblar primero a la derecha . Un nuevo corredor de unos cincuenta metros terminaba en una puerta enorme. Desde los primeros pasos por el pasillo, empezó a escuchar los "¡Ay!" y quejidos que venían de la habitación negra. |
Por un momento las exclamaciones de dolor y sufrimiento lo hicieron dudar, pero siguió adelante. Llegó a la puerta, la abrió y entró. |
Sentados alrededor de una mesa enorme, había cientos de personas. En el centro estaban los manjares más exquisitos que cualquiera podría imaginar y aunque todos tenían una cuchara con la alcanzaban el plato central… se estaban muriendo de hambre . El motivo era que las cucharas tenían el doble del largo de su brazo y estaban fijadas a sus manos. De ese modo todos podían servirse pero nadie podía llevarse el alimento a la boca. La situación era tan desesperante y los gritos tan desgarradores, que el hombre dio media vuelta y salió casi huyendo del salón. |
Volvió al hall central y tomó el pasillo de las izquierda, que iba a la habitación blanca. Un corredor igual al otro terminaba en una puerta similar. La única diferencia, que en el camino, no había quejidos, ni lamentos. Al llegar a la puerta el explorador giró el picaporte y entró al cuarto. |
Cientos de personas estaban también sentados en una mesa igual a la habitación negra. También en el centro había manjares exquisitos. También cada persona tenía fijada una cuchara larga a su mano… Pero nadie se lamentaba no quejaba. Nadie estaba muriendo de hambre sino que daban de comer los unos a los otros! |
El hombre sonrió, se dio media vuelta y salió de la habitación blanca. Cuando escuchó el "clic" de la puerta que se cerraba, se encontró de pronto y misteriosamente, en su propio auto, manejando camino a Parais… |
Del libro "Recuentos para Damián" Jorge Bucay |
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